El zoológico del ecosistema de startups: ¿cuál animal es tu emprendimiento?
Fuente: CIDIF (2022)
¿Qué es una startup exitosa? Hasta hace algunos años, el símbolo de estatus de un emprendimiento era obtener el título de “Unicornio”, convertirse en aquella mítica criatura que alcanza los US$ 1.000 millones en valuación.
El término fue acuñado en 2013 por Aileen Lee, cofundadora de Cowboy Ventures en Estados Unidos. Desde esta primera recopilación de unicornios, con 39 emprendimientos como Facebook, AirBNB y Uber, el mercado de la inversión en startups ha estallado. Con ello, han comenzado a surgir derivados de este animal, como el “decacornio” (que tiene más de US$ 10.000 millones en valuación) y el “hectacornio” (más de US$ 100.000 millones en valuación).
Junto a la evolución del unicornio, el ecosistema de startups también se ha desarrollado dando paso a más animales. Esta diversidad de fauna no solo se refiere a la cantidad de dinero que alguna organización puede levantar, sino también se refiere a su cualidad — como aquellas que están más enfocados en productos o servicios que apuntan a cierto propósito — como también a su modelo de negocio como, por ejemplo, priorizar la rentabilidad por sobre el crecimiento.
Con más opciones, no todas las startups desean ser unicornios y no todos los venture capitals (VC) buscan invertir en los potenciales emprendimientos multimillonarios.
Camello: como estos animales del desierto, las startups camello son resilientes y pueden sobrevivir a situaciones extremas, como épocas de crisis económicas. Logran crear valor con o sin inversión de VCs y no son altamente dependientes de rondas de financiamiento. Su prioridad está en mantener la salud de sus ingresos y costos por unidad vendida (unit economics) y luego en la escalabilidad.
Cebra: las cebras son animales colaborativos. Así, estas startups buscan entregar valor social o medioambiental resolviendo algún problema de este ámbito a través de su negocio. Ojo que no son organizaciones filantrópicas, sino que prefieren llamarse “emprendimientos de impacto”, con alta rentabilidad, escalamiento y, al mismo tiempo, con soluciones beneficiosas para la comunidad.
Gacela: Livianas y rápidas. Estas startups deben demostrar al menos 20% de crecimiento en ingresos por cuatro años. Son las joyas de los VCs que buscan rentabilizar rápidamente su inversión.
Cucarachas: Pese a tener una connotación negativa, estos bichos son altamente resilientes y con alto instinto de supervivencia. Al contrario de un potencial unicornio — que queman capital para escalar lo más rápido y amplio posible, sobreviviendo a base de inversiones — las startups cucarachas desean lograr ser rentables desde su primer día, lo que significa menos riesgo para el inversor.
Rinoceronte: son como los unicornios — con sus únicos cuernos — pero reales. Tal como el animal mitológico, tienen una valuación por sobre los US$ 1.000 millones, pero generan rentabilidad. Y, en comparación del unicornio, son robustos financieramente y fundamentalmente se enfocan en la retención del cliente y margen de beneficio por sobre la adquisición de clientes y relaciones con el inversor. Esta cualidad les permite ser más independientes y mantener el control de su negocio, tener un crecimiento orgánico y entender que la supervivencia de la empresa se basa en la resiliencia ante la crisis por sobre el crecimiento desenfrenado.
Cerdos: Las startups cerdos son aquellas que se aprovechan del hecho que la tecnología se ha vuelto relativamente barata y fácil para crear un producto web. Así, no tienen la ambición de dominar el mundo, sino crecer lo suficiente — con campañas de kickstarter o un poco de capital — para ser adquirido por una gran compañía o competidor.
Osos: Como estos animales solitarios, las startups osos valoran su independencia ante las potenciales exigencias de sus inversionistas. De esta manera, estas compañías escogen el método “Bootstrapping”, que significa comenzar el negocio solamente con sus propios ahorros o capital que no provenga de la inversión — como créditos o ingresos operativos.
Pero no todos los animales tienen significados positivos, o al menos neutrales, como los anteriores, existen otras que son más bien denostativas:
Burro: se refiere a unicornios sobrevalorados y que no pueden justificar su gigante valuación recibida en su ronda anterior. Según Abhas Gupta, fundador y CEO de Calyx Health, estos emprendimientos han logrado obtener el título de unicornio por sobrevalorar ciertas métricas e infravalorar otras que son igual de esenciales para el crecimiento y sostenibilidad.
Escarabajo pelotero: Este tipo de escarabajo es conocido por cargar gigantes masas de excrementos, pero que de alguna manera han convencido a los antiguos egipcios de que eran una metáfora de la travesía del sol en el cielo, convirtiéndose en uno de los animales más sagrados de su época. Así, una startup escarabajo pelotero es aquella que el fundador logra convencer de alguna manera de que su emprendimiento (la masa de excremento) es de gran valuación. Por ejemplo, están los grandes casos de escándalo como WeWork y Theranos.
Finalmente, Paul Graham, de Y Combinator, dice: “Una startup es como un mosquito. Un oso puede absorber un golpe y un cangrejo está armado contra uno, pero un mosquito está diseñado para solo una cosa: marcar su objetivo. No gasta energía en defensa. La defensa de los mosquitos, como especie, es que hay muchos de ellos, pero esto es poco consuelo para el mosquito individual. Las startups, como los mosquitos, tienden a tener una propuesta todo o nada. Y generalmente no sabes cuál vas a tener hasta el último minuto”.